2007/08/01

Viaje a la Palma (I)

Durante una semana, entre el 21 y el 28 de julio, he viajado por primera -y espero que no última- vez a Canarias. Lo primero era decidir a cual de las islas. Me han hablado sobre la masificación y germanización tanto de las Palmas como de Tenerife, por lo que al final, y aconsejado por gente que había estado por allí antes que yo, nos decidimos por la isla de La Palma, llamada también "La Isla Bonita".

Es una isla peculiar. Los vientos alíseos arrastran una masa de nubes cargadas de humedad durante todo el año, y siempre desde el Noreste. Esto propicia que esa zona de la isla esté constantemente verde -y nublada-. Otra característica es que se trata de la isla con la mayor altura promedio del mundo. Esto se nota en que no hay playas -o casi-, sino que practicamente todo son acantilados y roca. En cuanto nos alejamos unos metros de la costa, las pendientes pueden superar fácilmente el 6 u 8%. Las carreteras mantienen curvas de modo constante y los coches difícilmente pueden llegar a 5ta. marcha. Al norte se puede ver en la foto de arriba el parque nacional de la "Caldera de Taburiente", reserva mundial de la Biosfera. Son una formación de montañas jóvenes en forma circular, altas y escarpadas y en cuyo interior se esconden unos bosques frondosos y una vegetación espectacular. Al sur las alturas son proporcionadas por los volcanes de San Antonio y Teneguía, este último con actividad constante.

Esta isla, la única que tiene abundacia de agua en el archipiélago ofrece una oportunidad única de realizar rutas de senderismo por alta montaña, en bosques de laurisilva primarios. El encanto que tiene es el poco turismo que alberga. A día de hoy su economía se basa en la agricultura, más concretamente en el cultivo del plátano. En casi cualquier lugar se encuentran plantaciones o invernaderos.

Plantación de plátano junto al faro
--- Plátanos hasta dónde alcanza la vista...

Una ruta increible, de la que no hay fotos, debido a un olvido imperdonable por mi parte, es la del nacimiento de los ríos Marcos y Cordero. La primera parte se realiza en 4x4 por una pista forestal, convenientemente cobrada por los taxistas de la zona, eso sí, gente totalmente simpática y que informan de todo. Una vez te dejan, se sigue la canalización del agua durante 4,5 km y se pasa por 13 túneles, alguno de ellos largo y no apto para claustrofóbicos y algún otro en el que el agua deja empapados a los caminantes. Tras coronar el monte en el nacimiento del Cordero y refrescarse con el agua de la sierra, comienza un escalofríante descenso que se prolonga durante unas 3 horas y que pone a prueba la resistencia de los senderistas no habituados. Se descienden 1.000 metros de desnivel durante la bajada hasta el aparcamiento. Se llega realmente exhaustos al final. Pero las vistas de los helechos gigantes, de los tilos y de los pinos canarios, merecen la pena.

La vuelta al hotel, para poder mirar el mar tranquilamente, es algo que se agradece...

Los cancajos, desde el hotel

Antes comenté que la isla no tenía playas. Eso no es completamente cierto. Existen ciertos lugares en los que se pueden encontrar calas o playas de piedra negra volcánica y que se encuentran más o menos cerca de lugares organizados. En este plan encontramos Tazacorte.

Tazacorte

Es un sitio con una playa de unos 300 metros al lado de un paseo marítimo con algunos aptos. cerca. Cuando llegamos el domingo por la mañana no había mucha gente, aunque eso cambió inmediatamente. En los chiringos junto a la playa se podía comer bien y barato. Nos sentamos en uno que nos ofrecía 1kg. de pescado plancha por 15 euros. Ni que decir tiene que dimos buena cuenta. Al acabar de comer, la playa ya se había llenado considerablemente.

Playa de Tazacorte en domingo

Tras comer, nos despedimos de aquel pequeño pueblo, que tiene eso sí, el puerto más importante de la costa occidental de la isla. Un pequeño arbol, que no se identificar me llamó la atención.

El arbol de Tazacorte

Finalmente, acabamos en una playa en la cala de Remo. Se notaba que era domingo porque mucha gente, sobre todo de la zona, estaba disfrutando del lugar. Playas de piedras volcánicas, no aptas para gente que le guste la arena fina, eso sí...

Las calas de Remo

No hay comentarios: