Viaje a la Palma (II)
Aun quedaban por conocer varias playas. En los cancajos, lugar donde estaba el hotel, sin ir más lejos, existe una pequeña playa, a la que muchos días no es agradable ir por el aire y el nublado. Pero los días despejados es magnífica.
O, la playa de la Zamora, al sur, con accesos escarpados. Un lugar ideal para hacer buceo en aguas cristalinas, rodeado de peces...
La oferta para darse un chapuzón incluía tambíen piscinas naturales, como las de San Andrés, con el mar embravecido al lado, renovándolas constantemente el agua:
O las que más me gustaron, las de la Garena, al norte de la Isla, en Barlovento:
con las cascadas artificiales del fondo de la imagen. Un sitio genial.
Y tras tanta costa, qué decir de las alturas. Al Roque de los Muchachos se accede a través de una sinuosa carretera, 2.200 metros de subida en 36 km. El coche llega pidiendo la hora y los viajeros también. Aunque merece la pena. Allí está el centro astrofísico más importante del mundo:
Y al bajar, se ve el "mar de nubes", porque los visitantes estamos encima de las mismas:
Pero antes, y caminando un pelín desde el aparcamiento, las vistas nos dejan ver al sur los volcanes, y gran parte de la costa oeste:
También se puede visitar la caldera de Taburiente por 3 entradas distintas, dependiendo de la estancia que pretendamos hacer allí. El centro de visitantes al sur, donde te lo explican todo es punto de parada obligatoria, y se puede subir hasta la cumbrecita para hacer una ruta pequeña de 1 hora de duración:
En fin, un lugar increible, y al que si puedo regresaré, antes de que se lo carguen a base de carreteras y horribles urbanizaciones. Menos mal que los terrenos escarpados y la ausencia de playas de fina arena lo hacen poco atractivo al turista depredador. Bienvenidos a todos aquellos que quieran acercarse un poco más a la naturaleza, porque en la retina se llevarán auténticos espectáculos inolvidables:
Y por cierto, un 10 para las gentes de allí, amables a más no poder.
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