Menorca (I)
Nunca había estado en las islas hasta este año. Ese era un déficit que me había propuesto superar cuanto antes. Si hace poco escribí sobre el viaje a la canaria isla de La Palma, ahora le ha tocado el viaje a Menorca.
Lo cierto es que estas dos islas no tienen nada que ver una con la otra. De hecho, estoy convencido de que se trate de dos de las islas más alejadas en muchos aspectos de este país. Mientras que la Palma es una isla cuya economía depende aún mayoritariamente de la agricultura y del turismo de mochila y acampada, Menorca es una isla que depende totalmente del turismo a saco, con todo lo que ello conlleva. En ambas pueden encontrarse calas vírgenes, pero mientras en la canaria son de piedra volcánica y pueden hallarse vacías, en la balear serán de fina arena blanca y se encontrarán generalmente atestadas de gente.
Ninguna es mejor ni pero, solo a cada cual le gustará visitar un tipo u otro.
Vamos ya con las fotos y a comentar lo visto. Por lo pronto, hemos estado una semana, y ese tiempo no es suficiente para conocer la totalidad de la isla, por lo que se intuye otra futura visita.
De entre lo visto, destacaría dos grupos. Por un lado, los sitios que hay que ver, y por otro, las calas que hay que visitar.
Sitios:
- Mahón o Mao. La capital de la isla es una pequeña ciudad con una bahía totalmente gigantesca y que le sirve como puerto. Es muy curioso porque debido a la alargada forma de la misma, la ciudad crece en sus laterales, como si de un río se tratase. Los barcos se encuentran junto al muelle durante kilómetros de costa, y sorprende encontrar yates deportivos, o un poco más adelante veleros, junto a pesqueros, algún crucero o incluso algún petrolero.
El calado de la bahía es tremendamente profundo, lo que asombra cuando se llega en el ferry, que da la impresión que va a quedar calado en cualquier momento, por la proximidad que llega a tener con rocas que se ven desde la cubierta del barco con gran nitidez. Al final sin embargo, y tras el abordaje del barco por parte del práctico del puerto, los barcos consiguen llegar al muelle sin problemas.
Ha coincidido durante nuestra visita que se celebraban las fiestas de Gracia en la capital, que cierran el ciclo de fiestas patronales veraniegas en la isla. El plato fuerte de las mismas son los caballos, que pasean entre el público y de vez en cuando y a la orden de sus jinetes, se encabritan sobre los sorprendidos espectadores. La gente del lugar se abalanza sobre los animales y los empujan con el fin de evitar golpes indeseados sobre las cabezas del público. Las fotos que se muestran a continuación fueron tomadas por mi colega Manolo con mi cámara, jugándose la integridad. De hecho se llevó de recuerto la marca de la pezuña de uno de estos bichitos en la espalda.
Una vez guardados los animalitos, se forma un fiestón increible gracias a la cantidad de peña y a la banda municipal que toca temas bakalatas con intrumentos convencionales... increiblebleble...
- Ciudadela o Ciutatella. La antigua capital de la isla tiene un casco antiguo impresionante, con edificios antiguos mezclados con nuevos en perfecta concordancia.
Tiene la mejor zona de tiendas para llevarse un recuerdo de las que encontramos en toda la isla.
El ayuntamiento se puede ver desde el puerto y se encuentra en una plaza con obelisco muy chula.
El puerto, recuerda al de Mahón, pero en miniatura.
- Fornells. Aquí hay que ir a comer al menos un día. Nosotros lo hicimos por recomendación en "El Pescador", donde un camarero andaluz y otro argentino nos hicieron pasar un rato increible, mientras degustabamos productos del mar. Sirven aquí la caldereta de langosta a 60 eurillos el plato, para el que se atreva.
Para bajar la comida, se puede pasear hacia la torre que preside la ciudad y deleitarse con las vistas de los acantilados de entrada a su bahía:
o de la costa hacia el Oeste, hacia Cavallería:
- Binibequer, el Pueblo de pescadores. Calles angostas y blancas en un auténtico laberinto.
Una autentica maravilla de pueblo original.
Con detalles a disfrutar.
- Los faros. Visitamos dos. Cavallería:
con una cueva a su lado cuyo final va a dar directamente sobre el acantilado. Mejor entrar con linterna...
Y Favaritx en un estado de conservación estupendo y flaqueado de acantilados de espuma blanca.
1 comentario:
Aunque ya hace más de un més que volvimos del viaje, aún hay días que me asomo a la ventana en cuanto me levanto intentando ver el mar. ¡Y sólo veo asfalto! ¡Qué buenos recueros del viaje!
Y las fotos, muy chulas...
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