2005/07/11

Censura británica y otras cosas.


Hoy toca un poquito de reflexión. Ayer en las noticias aparecieron las imágenes de los miembros de la monarquía británica celebrando el aniversario del fin de la 2da. guerra mundial, mientras miles de personas y familias con las típicas banderitas celebraban el evento. Todo esto sería medianamente normal, si no fuese porque cuatro días antes una serie de bombas en el transporte público de la capital británica se llevó por delante la vida de unas cuantas decenas de personas que en su mayoría se dirigían en ese momento al trabajo.

No voy a divagar sobre las causas de los atentados, que se me escapan, personalmente, aunque de todas las opiniones que he escuchado estos días me quedaría con la que dijo en una radio un señor que creo recordar pertenecía al instituto Reina Sofía de estudios árabes o algo parecido, y que explicaba algo que a nosotros nos resulta difícil de entender. Los terroristas sólo se justifican ante su dios, por etéreo que esto pueda resultar, y como ese dios vengativo pretende la destrucción del enemigo del pueblo de dios, es decir occidente. Esto, enfrentado al otro integrismo religioso, el de Jorgito W. Bush y sus aliados es una bomba de relojería.

Pero volviendo al tema del comportamiento británico y la diferencia con el comportamiento de la gente en Madrid después de aquel tremendo 11-M, he escuchado cosas sobre el modo de ser británico y los llamamientos a la normalidad. Pero la pregunta que me hago constantemente es otra... ¿habrían actuado igual los ciudadanos de Londres si la censura mediática tan férrea que ha llevado a cabo su gobierno? ¿Podría la gente ayer estar de celebraciones en las calles si hubiesen visto gente como ellos muertos o mutilados en las noticias en sitios por los que ellos pasan todos los días?

Recomiendo efusivamente la novela gráfica "V de vendetta" de Allan Moore y Dave Gibbons acerca de una Inglaterra post guerra nuclear en la que un terrorista anarquista se dedica a intentar que la censura del gobierno sea desenmascarada ante la opinión pública por encima del miedo de conocer la auténtica realidad. Es espeluznante como nos vamos acercando a muchos de los comportamientos de este libro con más de 20 años de antiguedad.



Y no voy a entrar en por qué nos conmueve tanto un acto como este en una ciudad europea (algo lógico, por supuesto) y nos dedicamos a ignorar los más de 300 muertos semanales en Irak tras el final de la guerra en ataques terroristas... sobre todo porque a mi me ocurre esto mismo. Como decía alguna cita del libro de la ley de murphy: "Cuanto más lejos ocurre una catástrofe, más muertos son necesarios para que le prestemos atención". Y si no, recordemos el Tsunami.

No hay comentarios: