Lanzarote (1)

Tras la magnífica semana que el verano pasado pasamos en la isla de la Palma, este año tocaba otra de las islas Canarias. Como para agobios ya tengo Madrid, no nos apetecía pasar penurias en Las Palmas o Tenerife. De la isla de Hierro me han hablado bien, pero también me han dicho que es demasiado pequeña, y que no tiene para una semana. Así pues, tocó Lanzarote.




El alojamiento, fácil. Un apartamento -chalet- en una urbanización en la ciudad de la punta sur, Playa Blanca. Un precio que salió más que bien para las 6 personas que fuimos. El pueblo, como tal, no tiene gran cosa. Muchas perfumerías con precios módicos y muchas tiendas de electrónica de hindúes con precios que pueden parecer muy baratos si no tienes una buena conexión de internet a mano para comparar los precios peninsulares. También hay una marina (muy chula) con restaurantes y algún que otro pub, además de un centro comercial con una bolera donde solíamos acabar las noches.

Este pueblito tiene dos problemas básicos:

1) La hostelería y el comercio están pensados por y para los turistas alemanes e ingleses y de edad avanzada. Esto se traduce en que a las 23 horas... NO HAY DONDE CENAR!! Increible, pero cierto. Está todo chapado.
2) Un pequeño problema inmobiliario. Alrededor de la urbanización donde nos alojamos había varias decenas de urbanizaciones nuevas o a medio construir. Se notaba a la legua que ni estaban ocupadas, ni lo iban a estar en mucho tiempo, e incluso que en muchas de ellas se había abandonado la construcción a la mitad. Supongo que esto está pasando en más sitios, pero aquí era bastante escandaloso.

A favor, descubrimos dos sitios increibles para comer:
- El bar de la cofradía de pescadores, en el puerto. Probablemente el mejor sitio para tomar unas cañas antes de comer. Imprescindible el pulpo.
- El restaurante "Los hervideros". El servicio fue espectacular y la comida para fliparlo. Los pescados, y sobre todo las croquetas, de lujo. Incluso el cabrito asado...

Muy cerca de aquí se encontraban las calas del papagayo. 5 calas muy juntas espectaculares.




Calas pequeñas con roca cercana dónde se podía practicar el snorkel. Siempre con gente, pero pocas veces llenas. Están situadas en un monumento nacional y la entrada con el coche entre las 9h de la mañana y las 17h de la tarde costará 3 euros por vehículo. Merece la pena.

En breve continuaré con la segunda parte.