2009/06/15

NY - Día 5

Es domingo, y nos repartimos. Por un lado, hacia Harlem, para asistir a una misa Gospell. La experiencia no es muy interesante, dado que al ser una iglesia "famosa", no tienen consideración con los turistas, todo va a base de propinas y encima no dejan salir hasta que finaliza el servicio que dura entre 2h y 1/2 y 3h. Mucho más recomendable según nos dicen ir a iglesias más pequeñitas, más auténticas y con menos reglas absurdas. Otra vez será.

Por otro lado, volvemos a la zona 0 para finalizar compras pendientes. El otro día con la lluvia y los andamios, no vimos las planchas de bronce con motivos dedicados al 11-S.

En la zona de oficinas el domingo hay poco movimiento, pero sí se ven "monumentos"...

Tras darle un poco a la de crédito en los outlets de la zona, vamos al Macy's, en la 34th con Broadway. Pasa por ser el centro comercial más grande del mundo (es realmente inmenso), pero viene a ser como "El corte inglés" de aquí. Sin embargo, como para turistas es Tax Free, puede salir a cuenta comprar ropa por ahí. Eso sí, antes de llegar damos una vuelta por el lugar, para ver el edificio central del Post-Office de los USA -vamos, la central de correos-, que es algo así como un Partenón griego a lo bestia...

Y justo enfrente, compartiendo edificio, la estación Pennsilvania y el Madison Square Garden, pabellón de los NY Rangers de la NHL, de los NY Knicks de la NBA y en donde se han celebrado conciertos míticos. Ese día anunciaban a Tom Jones.

¿Alguien ha visto un taxi por aquí?

Bueno, pues al hotel a reunirnos todos, y foto de nuevo a Times Square un domingo al mediodía. Esto está siempre hasta la bola y con un sol de justicia como el de aquel día, es un festival de color.

Nadal ha caído en Roland Garros, decía la pantalla de la ESPN de la derecha. Mierda...

Hemos decidido que la tarde saldremos de Manhattan, para ver algo típico de los neoyorkinos... su playa. Nos iremos a pasar la tarde a Conney Island. Así pues nos ponemos en marcha en tren en un recorrido que nos lleva por el puente de Manhattan, con unas vistas que merecen la pena, y atravesaremos todo Brooklyn hasta el sur. El viaje dura una hora y se hace algo pesado, y más aún teniendo en cuenta que no hemos comido, pero ofrece un panorama de un barrio de NY que nada tiene que ver con lo que hemos estado viendo los días anteriores.

Así pues, entorno a las 16h llegamos a Conney Island y lo primero que hacemos es ir a Nathan's donde se venden -dicen- los mejores perritos calientes de la ciudad y donde se celebra un concurso anual de comer más en menos tiempo.

Desde 1.916. No ha llovido, casi.

Hay colas para pedir un perrito, así que no debemos andar muy desencaminados. Se ofrecen con queso, con bacon, con ambos o con chilly. Están muy buenos, la verdad.

Ahora ya, nos queda dar un paseo por la playa.

Encontramos un "club de baile", al aire libre, donde la gente con poca vergüenza se mueve con música disco que ponen a la venta. También hay clases de tango. Al lado un mini parque de atracciones, que tiene la montaña rusa de madera más antigua de los USA, junto a todo tipo de puestos donde se vende comida rápida o helados.

Y finalmente, nos vamos a la otra punta, a dar un paseo por el muelle de madera, donde hay turistas, paseantes, y pescadores. Gente de todo tipo. Muy divertido.

Desde el final del muelle, tenemos una vista completa de la playa y la feria.

Se acerca nuestra última noche en NYC y hay que despedirla a lo grande, por lo que hemos decidido ir a cenar y copear en alguno de los cientos de club de jazz de la ciudad. Antes, nos pasamos por la tienda de "Toys'r'Us" junto al hotel. Es una tienda gigantesca -la más grande de la cadena en todo el mundo-, en la que nada más entrar te hacen una foto que luego te podrás llevar por un módico precio -no lo preguntamos-, y que como atractivos, además de cualquier juguete que puedas imaginar, una noria de tres pisos para niños en su interior, figuras de Lego gigantescas con el Empire con King Kong, la Chrysler Tower o la Estatua de la libertad y un enorme T-Rex articulado que si llega a mover las patas traseras, realmente me hubiera dejado "acongojado".
Obsérvese el King Kong trepando por los muros...




Pues ya está todo finalizado. Nos vamos para la plaza Sheridan, lugar por antonomasia de los gays neoyorkinos -vamos, el Chueca de allí- situado en el Village. En nuestro encuentro del día anterior con Esteban y Loly nos habían hablado de un lugar llamado el "Garage", que no tardamos en encontrar, al estar al lado del metro.

La entrada es efectivamente gratuita y sirven comida, por lo que entramos. Están por lo que nos dice la señorita que nos atiende, haciendo un descanso los músicos.

La carta es mucho más elaborada de lo que hemos estado acostumbrados en la ciudad estos días. Como un restaurante normal para ir a cenar en Madrid, con carnes, pescados, pastas o un rissotto a la marinera como el que me comí, que estaba realmente bueno. Nada más pedir, el primer grupo de la noche se pone a tocar. Geniales.


Para cuando acabamos la cena, ha salido a tocar el segundo grupo -en las fotos-. Decidimos que lo mejor será tomar un cocktel en el mismo sitio, por no estar deambulando, sin conocer la zona. Allí se está muy bien.

Cerca ya de la 1 A.M., levantamos el campamento. Antes de coger el metro damos una vuelta para ver el edificio popularizado en la serie "Friends", en la esquina de Bedford y Grove St. y al lado nos hacemos alguna foto junto a la casa más estrecha de todo Manhattan.

Aquí estuvo viviendo nada menos que Cary Grant. Pues nada. Esto ya huele a despedida. Al hotel, porque el lunes por la mañana, todavía nos dará tiempo a hacer alguna cosa, antes de irnos hacia el aeropuerto.

No hay comentarios: