2006/03/13

El enfado de Pérez-Reverte

Me gusta como escribe Pérez-Reverte. He leido por ahí que hay "entendidos" a los que no. Pero como decía Clint Eastwood interpretando a Harry Calahan en La lista negra, "Las opiniones son como los culos, cada uno tiene el suyo". Pues como iba diciendo, me gusta como novelista, porque entretiene y mucho, aunque personalmente y excepto en los libros de Alatriste no me gustan los desenlaces de sus obras que suelen ser atropellados o decepcionantes y no suelen hacer justicia a las tramas que casi siempre suele estar contada de un modo magnífico, sobre todo en el desarrollo de personajes que suelen ser complejos y reales.
Pero me gusta casi tanto como columnista. Escribe semanalmente una columna en "El semanal" y que yo suelo leer directamente en la pág. web capitanalatriste.com en la sección Patente de Corso. Y me gusta porque tiene una mirada de lo más lúcida (o a mi me lo parece) sobre la sociedad española actual y en su paralelismo en otras etapas negras de nuestra historia o por lo menos de sus gobernantes. Hay mucha gente a la que le molesta que sea capaz de repartir cera tanto a la prepotencia del PP, como a la inoperancia del PSOE, como a la estupidez nacionalista varia. Se le nota desencantado por lo que este país podría ser y no es. Por la chulería y el malhacer de la clase política en general. Para no estarlo. Pero claro, tanta mala sangre igual a veces se desborda donde no debe. El pasado viernes 10 de marzo en un encuentro virtual en "El Mundo" digital se le hinchó la vena y abandonó con muchas preguntas de gente sin contestar debido al "bajo nivel de las preguntas seleccionadas". En la web se pueden leer las preguntas sin contestar y algunas se las traen... la calidad de la encuadernación de las obras, un menda que dice estar escribiendo una novela sobre la guerra de los Balcanes "que se va cagar la perra" (sic.), varias preguntas prácticamente iguales sobre la película de Alatriste o su etapa como reportero de guerra... Igual no debió aceptar ir o de ir, no meter en el mismo saco todas las preguntas, que también había alguna interesante. ¿Un día malo? ¿Está demasiado irascible? ¿Es consecuente consigo mismo? No se. Pero tampoco estaría bien que pagara su mal genio con todo el que se cruza. Corre el peligro de convertirse en sus apariciones en público en un ser parecido a su "adorado" Umbral. Y eso no sería muy bueno. Aunque en sus columnas siga llamando a las cosas por su nombre, aunque no sea políticamente correcto.

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